Los indígenas se asoman a otra de sus posibilidades. Ya pasaron con suficiencia el examen de la organización. Han conquistado espacios de reconocimiento y autonomía inimaginables en uno de los países más feudales del continente.


Son invitados importantes e ineludibles en las discusiones sobre la propiedad y distribución de la tierra, a pesar de que estas terminen evidenciado la mala fe y la ambición desmedida de terratenientes inescrupulosos aliados con gobiernos cómplices.

Ahora llegó el momento del deporte. Juvenal Arrieta, el segundo en importancia de la ONIC, tomó en sus manos el tema del fútbol en las comunidades indígenas y consiguió la realización de un campeonato de fútbol indígena y el interés de los medios y los dirigentes deportivos del país.

Entre los indígenas existe un asombroso talento para el deporte. Muchos de los ciclistas que tanto nos llenan de orgullo y satisfacción con sus triunfos épicos en las carreteras del mundo, tienen origen, humildad, tesón y temperamento indígena. En el atletismo hemos conocido fondistas de gran coraje y ahora en el fútbol encontraremos más de una oportunidad de deleitarnos  con su habilidad. 

No estará lejos el día en que los veamos incorporados a los equipos nacionales y siendo pretendidos por los grandes clubes del mundo.

La organización que alcanzó este logro se explica por la preparación, la administración acertada y la continuidad en la conquista del objetivo de Juvenal Arrieta y Juan Pablo Gutiérrez. Con sobriedad y discreción fueron tejiendo un entramado complejo que incluyó el interés del propio Pibe Valderrama, talvez el más emblemático de nuestros futbolistas, quien se ha dedicado por largos períodos a preparar a los indígenas. Los equipos conformados por indígenas en todas las regiones del país, dejan por ratos sus bastones de mando, sus labores en la chagra, sus labores organizativas, para someterse a intensos procesos de entrenamientos, dirección técnica comprometida, adecuación de escenarios, selección de personal y por último, la capacidad de llevarnos a todos a la convicción invencible de asistir y presenciar un evento que hará aún más importante y respetable la presencia indígena en Colombia. Vamos pa´ fútbol.  La organización indígena y Juvenal Arrieta invitan.