"Siembro MAIS como un tributo a Evelia, mi madre, quien me enseñó lo mejor de mi cultura; como un legado para mis hijos y nietos, y para devolverle a la sociedad entera la certeza de que los indígenas somos y seguiremos siendo expresión de DIGNIDAD, CONFIANZA y TRANSPARENCIA."

Nací en Salaquí, municipio de Riosucio: chocoano de pura sepa. Estudié Filosofía en la Universidad Santo Tomás y teología en la Universidad Pontificia Bolivariana. Fui sacerdote claretiano y director de la pastoral indígena de la Diócesis de Quibdó durante seis años.

Crecí en una familia que bien podría ser un equipo de fútbol: Juan Daniel, mi padre, Evelia, mi madre y mis ocho hermanos. Ellos, al igual que mi compañera y mis dos pequeños hijos, hacen parte de esa familia extensa que me brinda todo su apoyo.

He ejercido mi condición de líder desde muy temprana edad. Participé decididamente en el paro cívico por la salvación de la dignidad del Chocó en 1999, y contribuí en la construcción de la Agenda Pacífico XXI como una posibilidad de superar la exclusión de mis hermanos afros e indígenas de la región del Pacífico.

Tuve el honor de presidir la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC (2003-2012). Con mi gestión, contribuí a visibilizar la situación de vulnerabilidad de nuestros pueblos, lo cual quedó evidenciado en el Auto 04 de la Corte Constitucional que ordenó la implementación de planes de salvaguarda para 33 pueblos indígenas en peligro de extinción. Me queda el orgullo de haber contribuido a que la ONIC sea hoy una de las organizaciones más importantes del continente.

También presidí el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, con sede en La Paz, Bolivia (2008-2012), cargos estos que me permitieron interlocutar de manera directa con organismos internacionales de cooperación y multilaterales como la Unión Europea, la ONU, la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esta experiencia me ha permitido ejercer con solvencia la diplomacia indígena internacional.

Buena parte de mis cuarenta y siete años los he vivido al servicio de la comunidad, primero, comprometido con mis hermanos afros e indígenas en mi departmento y los últimos años, con mis hermanos indígenas de Colombia y el continente. Esto me ha llevado a concluir que Colombia requiere con urgencia una política pública real de inclusión y reconocimiento que haga énfasis en nuestros grupos étnicos y en esos departamentos tan ricos en biodiversidad y recursos naturales, y tan empobrecidos por la desidia y el abandono de nuestros gobernantes.

Indígenas y Afros somos víctimas del Conflicto

He vivido en carne propia el Desplazamiento Forzado. Por eso mi decisión de defender con ahínco los Derechos Humanos y mi vocación de servicio y acompañamiento a las comunidades afectadas por el conflicto armado que padecemos. “Ayudé a defender y salvar muchas vidas y comunidades, viví el fragor de la violencia y el desplazamiento de mi propia familia y muchos cercanos”.

Estudiar en Colombia es un privilegio. De los ochenta compañeros que iniciaron conmigo cuarto de primaria, solo doce estamos vivos y tan solo cuatro culminamos algún proceso académico. Estas cifras dan cuenta de las expectativas de vida en un departamento como el Chocó y qué decir de la esperanza de nuestros hijos de tener alguna profesión. Esta experiencia personal me ha convencido de la necesidad de trabajar un modelo educativo incluyente, con calidad, pertinencia cultural y que garantice el acceso gratuito a los centros de enseñanza a nuestros jóvenes, sobre todo a aquellos que están en situación de vulnerabilidad y a los jóvenes de los distintos grupos étnicos. El estado debe considerar prerrogativas especiales que garanticen el acceso a la universidad a estas poblaciones.

En el año 91, la ONIC participó activamente en el proceso constituyente, con resultados importantes en la política de reconocimiento de nuestros pueblos indígenas, afros, raizales y gitanos, contribuyendo además al desarollo de la política social y de participación plasmada en la Carta. Fruto de ello, los indígenas y los afros hemos participado en el congreso de la República, no siempre con los mejores resultados. Desde esa misma época, la ONIC se abstuvo de participar en dicho proceso, permitiendo que organizaciones políticas surgidas de nuestros movimientos, asumieran esos espacios.

Hoy, La ONIC, Mi Organización ha decidido incidir nuevamente en ese espacio de participación y las autoridades indígenas de todo el país han depositado en mí su confianza para llevar adelante la tarea de iniciar la SIEMBRA de MAIS. Nuestro MAIS no es sólo una semilla para el alimento de nuestros cuerpos. Nuestro MAIS es una semilla de vida para el espíritu maltrecho de nuestra sociedad, nuestro MAIS es el Movimiento Alternativo Indígena y Social.

El Arte de Sembrar MAIS

De pequeño Sembré maíz, acompañando a mi padre negro y a mi madre indígena. HOY siembro MAIS, acompañando a mi pueblo indígena, a mi pueblo negro y a esa gran cantidad de colombianos pobres y empobrecidos por políticas y tratados como el TLC, que golpea brutalmente a los miles de nuestros campesinos -paperos, arroceros, cafetaleros, tomateros-, que hoy tienen que pagar por sus propias semillas. Con todos ellos, estamos sembrando MAIS, que es la manera como sembramos paz y reclamamos justicia social.

Tambien estamos sembrando MAIS con los jóvenes de la MANE, que después de muchos lustros nos han devuelto la Esperanza en una juventud propositiva, actuante y deliberante. Sembramos MAIS con las mujeres agobiadas por una sociedad sexista, que promueve la discriminación y la explotación sexual.

Sembramos MAIS con los discapacitados, con quienes quieren ejercer libremente sus preferencias sexuales, o sus creencias religiosa

Con todas estas víctimas, con todos estos INDIGNADOS, Siembro MAIS

Siembro MAIS porque así me lo enseñaron mi padre y mi madre, porque así lo mandataron mis autoridades. Seis años al frente de la pastoral Indígena de la Diócesis de Quibdó, nueve años al frente de la ONIC, cuatro años al frente del Fondo Indígena, me han dado la experiencia suficiente para cumplir este mandato.

Siembro MAIS para ganarme el corazón de los indígenas, de los afros, de los mestizos, de los colombianos que cada día soñamos con la esperanza de cosechar el 9 de marzo los mejores frutos: la cosecha del bienestar, la cosecha de la PAZ, la cosecha de justicia.

Pero también Siembro MAIS como un tributo a Evelia, mi madre, quien me enseñó lo mejor de mi cultura; como un legado para mis hijos y nietos, y para devolverle a la sociedad entera la certeza de que los indígenas somos y seguiremos siendo expresión de DIGNIDAD, CONFIANZA y TRANSPARENCIA.

Soy LUIS EVELIS Andrade Casamá. Andrade –negro-, Casamá –embera-. Estoy comprometido con mi pueblo y mis comunidades negras e indígenas. Participo en este proceso electoral por la Circunscripción Especial Indígena a nombre del Movimiento MAIS, con el #201 en el Tarjetón.

Mi compromiso, cumplir con el mandato, con la tarea que me encomendaron mis autoridades. Su tarea, votar este 9 de marzo por el #201 en el Tarjetón del Movimiento Alternativo Indígena y Social.

MAIS ¡Compromiso de país!

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