A pesar de los anuncios del gobierno que se suspendían las fumigaciones con glifosato sobre parques naturales, éstas continúan sobre comunidades indígenas de los páramos.

 

El mes que acaba de terminar (abril ) vuelve a ser fatal para las comunidades Indígenas Yanaconas de los resguardos del Macizo Colombiano. Nuevamente el gobierno decidió continuar con las fumigaciones con glifosato, sopretexto de acabar con los cultivos "ilícitos". En la última semana de abril, las fumigaciones se centraban sobre los resguardos de Rioblanco y Guachicono, al pie de las faldas del volcán de Sotará, es probable que estén avanzando hacia el sur, a los resguardos de Caquiona, Pancitará y San Sebastián.

 

Todas estas zonas comprenden el inmenso páramo de Barbillas y de El Letrero, que avanzando hacia el sur llegan hasta Papallakta o Valle de las papas, región donde nacen los ríos Cauca, Magdalena, Caqueta, Patia y muchos afluentes de estos.

 

En las fumigaciones del año pasado destruyeron proyectos de piscicultura y muchos cultivos tradicionales como maíz, papa, ulluco, y otros. Ahora que comenzaban a recuperarse y apenas el maíz esta en levante, reaparecen las fumigaciones. No queda otra cosa más que pensar que esto obedece a una actitud criminal, pues condena a nuestras comunidades al hambre y a las enfermedades.

 

Los hermanos Yanaconas se quejan de fuertes dolores de cabeza, afecciones respiratorias en ancianos y niños, diarreas, e irritaciones en los ojos y garganta, pero a pesar del lento y constante envenenamiento preferimos seguir allí, porque esta es nuestra tierra, la de nuestros ancestros, la de nuestras raíces, donde moran nuestros espíritus.

 

Los cultivos no son lo que los medios de los ricos dicen o lo que miente la NASA, son demasiado pequeños, para que no se crea que los yanaconas son narcotraficantes, muchos siembran unas cuantas matas en medio de los maizales, para ayudarse en la sostenibilidad de la familia y por esta acción no hay un solo indígena rico, para nuestra gente sigue siendo una actividad agrícola.

 

Cuando el gobierno se quejó y acuño el termino "ilícitos", los yanaconas al igual que otros indígenas, no entendían que hubiera una planta ilícita, eso no cabe en nuestra cultura, no obstante ofrecieron arrancar las matas, propusieron la firma de un acuerdo de "sustitución gradual", pero el gobierno en un acto de criminal ceguera, desoyó a las autoridades y comunidades indígenas y le creyó a los gringos.

 

Hoy vemos con horror como se gasta en una guerra estéril miles de millones a los que hay que sumar los millones y millones en fumigaciones, que el pueblo colombiano tendrá que pagar(ya esta pagando con el envenenamiento). Con la tercera parte de esa plata, habríamos impulsado el desarrollo de los 38.000 yanaconas y ya no habría cultivos "ilícitos".

 

* Las opiniones aquí plasmadas son responsabilidad de su autor

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