Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Alimentación, que se celebró el 16 de octubre, Ecologistas en Acción hacen un llamado de apoyo para el impulso de estrategias alternativas que hagan frente al actual e insostenible modelo agrícola.

 

Más de 840 millones de personas en todo el mundo siguen padeciendo hambre. Hasta la fecha no han bastado los esfuerzos mundiales para alcanzar los objetivos de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, y los Objetivos de desarrollo del Milenio, de reducir a la mitad el número de personas que sufren hambre para mediados de 2015

 

Para Ecologistas en Acción la diversidad biológica es fundamental para la agricultura y la producción de alimentos. Sin embargo, el hombre presiona cada vez más sobre las especies y sus entornos. Durante el siglo XX han desaparecido el 75% de las variedades utilizadas en la agricultura. De 6.300 razas animales, 1.350 están en peligro de extinción. La principal causante de esta trágica pérdida ha sido la agricultura industrial, que promovió el cultivo de enormes extensiones con variedades comerciales uniformes, sustituyendo a las variedades locales. Esta uniformidad hace que los cultivos sean muy vulnerables a plagas y enfermedades, provocando grandes pérdidas de cosechas y en ocasiones verdaderas tragedias.

 

Desde que nació la agricultura, hace 10 000 años, los agricultores, pescadores, pastores y pobladores de los bosques han aprovechado la diversidad genética mediante la selección de plantas y animales para adecuarse a las condiciones ambientales y satisfacer las necesidades alimentarías. Los agricultores transmiten de generación en generación estos conocimientos, que constituyen un acervo cultural valiosísimo, y que es necesario evitar perderlo y seguir construyéndolo. Para ello es fundamental mantener la biodiversidad en las granjas, los campos y la naturaleza, donde puede evolucionar y adaptarse a las nuevas condiciones o a la competencia con otras especies. Los agricultores y agricultoras son los guardianes de la biodiversidad mundial.

 

Una gran variedad de plantas cultivadas y animales domésticos constituye la base de la biodiversidad agrícola. Sin embargo, sólo 14 especies de mamíferos y aves componen el 90 por ciento del suministro de alimentos de origen animal que consumen las personas. Y apenas cuatro especies - el trigo, el maíz, el arroz y las patatas -proporcionan la mitad de la energía que obtenemos de las plantas. 

 

 

Pero, según Ecologistas en Acción, los cultivos transgénicos representan una seria amenaza para la biodiversidad agrícola y silvestre. La generación y conservación de la biodiversidad agrícola se basa en el libre intercambio de las variedades y en el derecho campesino a guardar semilla de su propia cosecha. Sin embargo en los últimos años se han concedido numerosas patentes sobre los cultivos básicos para la alimentación humana, otorgando a 5 grandes empresas transnacionales un amplísimo monopolio sobre las semillas. Las compañías semilleras, que comercializan un número muy limitado de variedades, no permiten a los agricultores guardar semilla para la siembra de su propia cosecha.

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