Los estudiantes colombianos se reunieron en el marco del Primer Modelo Interuniversitario de Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que organizó la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, con la participación de delegaciones de las universidades del Norte, Eafit, Externado, Libre, Militar, Mariana de Pasto, Cartagena, Bolívar, San Buenaventura, Escuela de Ingeniería, Autónoma, Sinú de Montería y Rosario.
Mauricio Sandoval, estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, quien actuó como presidente del Modelo, dijo que la Declaración de Bogotá nació de la opinión y el estudio de los jóvenes universitarios.
"Este documento será presentado el próximo 15 de diciembre en la conferencia de Copenhague y expresa los aportes de los jóvenes que durante tres días de negociación llegaron a un consenso, en un evento no oficial sino académico, para estipular las propuestas de los jóvenes", comentó.
Para Juan Camilo Bolívar, estudiante de la Universidad Eafit, la Declaración es importante porque expresa la voluntad de los jóvenes asistentes al Modelo de las Naciones Unidas. Existió un verdadero consenso, ninguna idea se impuso sobre otra sino que se logró extraer algo en común.
Stéphanie Lavaux, directora académica del evento, resaltó que "sin duda, el cambio climático, el calentamiento global y los gases a efecto invernadero representan uno de los problemas más prioritarios del momento. El cambio climático global está en todas las agendas, nacionales e internacionales, y por supuesto en la vida cotidiana de la gente. Dejó de ser una especulación o amenaza, para convertirse en una realidad que afecta a millones de personas en el mundo, pero que impacta principalmente a los países del sur. Por eso la absoluta necesidad que los jóvenes universitarios colombianos piensen cuáles serían los mejores mecanismos de adaptación y mitigación para hacer frente a esta realidad".
Fondo Verde para incentivar la reforestación
En la Declaración de Bogotá los jóvenes piden poner en ejecución un plan que permita tomar medidas apropiadas para el período Post Kyoto, con énfasis en la reforestación de las zonas estratégicas que lo necesitan.
Para alcanzar este propósito, plantearon crear un Fondo Verde, o Fondo de Adaptación, enmarcado bajo el marco de las Naciones Unidas, que subsidie a los agricultores que reduzcan sus actividades de deforestación y que genere incentivos a la reforestación.
Las 50 delegaciones coincidieron en crear nuevas zonas protegidas a nivel mundial, sobre todo donde la tala de bosques es más intensa, y una red de energías alternativas para los países menos industrializados.
Propusieron promover esquemas de transferencias de tecnologías limpias; crear corredores verdes en ecosistemas sensibles al cambio climático y programas de captura de carbono, mediante aplicación de proyectos como prevención de incendios y reforestación masiva.