En medio del yugo de la guerra y el abandono del Estado colombiano, la afrochocoana, Mábel Mosquera, 35 años y levantadora de pesas, demostró en Atenas con su medalla de bronce, que la paz que necesita nuestro país no se consigue patrocinando la guerra -en búsqueda de una seguridad democrática-, sino más bien apoyando el deporte, la cultura y la educación nacional.

 

 

 

 

Mosquera participó en los Juegos Olímpicos de Atenas –2004- en la competencia de halterofilia, categoría 53 kilos. El pasado domingo 15 de agosto, la pesista colombiana levantó un total de 197,5 kilos en dos turnos, esfuerzo que le valió colgarse la presea de bronce, un triunfo para el país.

 

Con un profundo orgullo, esta morena de 1,64m de estatura y nacida en la ciudad de Quibdó, departamento del Chocó, ofreció su victoria como voto y aliciente a todos sus compatriotas a fin de que estos ejemplos sean semilleros de paz.

 

"Ofrezco esta medalla, la primera que mi país logra en estos Juegos Olímpicos, por la paz de Colombia, para que no sigamos en guerra y vivamos como hermanos", manifestó a agencias internacionales.

 

De igual forma, dedicó el bronce a sus familiares en el departamento de Chocó, y a sus dos pequeños hijos, John Andrés y Carlos Mario de 6 y 7 años respectivamente, que viven con ella en la ciudad de Bucaramanga, departamento de Santander.

 

"Mis pensamientos están ahora con mi país, con mis familiares y amigos y con todos los que me han ayudado", señaló la deportista.

 

Mabel Mosquera es graduada en regente de farmacia y trabaja en una droguería en la ciudad de Bucaramanga.

 

Su inspiración durante la competencia en Atenas fue su compatriota, ¡su raza!, María Isabel Urrutia, ganadora de una medalla de oro –la primera en toda la historia de Colombia-, en la misma competencia pero categoría 75 kg, durante las pasadas olimpiadas de Sydney-2000.

 

El bronce de Mosquera es la octava presea ganada por los colombianos en unos Juegos Olímpicos, y la quinta de bronce. 

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