Reflexiones conjuntas presentadas en Valledupar (Cesar), el domingo 25 de junio de 2006, por el Cabildo Wayúu Nóüna de Campamento de Maicao (La Guajira;), el Cabildo Wayúu de Wepiapaa de Mingueo, Dibulla (La Guajira) y por la comunidad Wayúu que se encuentra en situación de desplazamiento en Santa Marta (Magdalena) en reunión sostenida con el señor Walter Kälin, Relator Especial de Naciones Unidas para los Refugiados y Desplazados Internos.

ACERCA DE LA PROBLEMÁTICA DEL DESPLAZAMIENTO INTERNO:

CONSIDERACIONES DE ORGANIZACIONES DEL PUEBLO WAYÚU

Reflexiones conjuntas presentadas en Valledupar (Cesar), el domingo 25 de junio de 2006, por el Cabildo Wayúu Nóüna de Campamento de Maicao (La Guajira;), el Cabildo Wayúu de Wepiapaa de Mingueo, Dibulla (La Guajira) y por la comunidad Wayúu que se encuentra en situación de desplazamiento en Santa Marta (Magdalena) en reunión sostenida con el señor Walter Kälin, Relator Especial de Naciones Unidas para los Refugiados y Desplazados Internos.

El Cabildo Wayúu Nóüna de Campamento, el Cabildo Wayúu de Wepiapaa y la comunidad Wayúu en situación de desplazamiento en Santa Marta, quieren llamar la atención del señor Walter Kälin, Relator Especial de Naciones Unidas para los Refugiados y Desplazados Internos, sobre las siguientes cuestiones:

1. Es preciso tener en cuenta que en referencia al pueblo Wayúu, la problemática del desplazamiento interno y de los refugiados presenta unas características específicas, derivadas entre otras razones de las condiciones geoestratégicas que presenta nuestro territorio en la Media y Alta Guajira, de la polirresindencialidad que se traduce en una amplia movilidad geográfica determinada por el ciclo de estaciones y de nuestra organización social basada en la configuración de matrigrupos familiares autónomos, descentralizados y dispersos, que marcan sustantivas diferencias frente a lo que acontece en otros pueblos y territorios indígenas del país.

2. Esta situación particular hace que sea complejo, por ejemplo, establecer fácilmente diferencias entre la itinerancia realizada por grupos familiares Wayúu que responden más a razones identitarias, de aquellos desplazamientos forzados relacionados con las dinámicas del conflicto social y armado que se escenifica en nuestro territorio. Por ello mismo, y dado que la inmensa mayoría de miembros del pueblo Wayúu de la Media y Alta Guajira tienen la doble nacionalidad colombiana y venezolana, es bastante complicado distinguir a simple vista entre los pasos de la frontera internacional que hacen los grupos familiares Wayúu de conformidad con sus pautas de ocupación espacial estacional, de los cruces transfronterizos ocasionados por la huida ante la presencia y arremetida de los actores armados.

3. Estas especificidades han posibilitado que las expresiones y formas del desplazamiento y del refugio en lo concerniente a los Wayúu, terminen siendo imperceptibles lo que sin duda alguna ha contribuido a su invisibilización y negación por parte de sectores gubernamentales y estatales.  Frente a recientes desplazamientos que involucraron a familias Wayúu, el gobierno, en todos sus niveles, pretendió bajo diversos artilugios, negar la condición de desplazadas a las familias y personas Wayúu que huyeron de la violencia tanto del Alto San Jorge en la Sierra Nevada de Santa Marta, caso Wepiapaa en el municipio de Dibulla, como de la Media y Alta Guajira, como es el caso de los desplazamientos hacia el distrito de Santa Marta.

4. Si bien los fenómenos del desplazamiento y del refugio parecieran imperceptibles, ello no debe llevar a colegir conclusiones equivocadas. El hecho de que en un territorio dado las dinámicas del desplazamiento interno y del refugio no puedan ser fácilmente observadas y analizadas, en modo alguno significa que éstas dinámicas sean irrelevantes o inexistentes. Precisamente en el no reconocimiento del desplazamiento interno que concierne al pueblo Wayúu, estriba la mayor gravedad del problema, por cuanto si se niega es casi que imposible afrontarlo y definir alternativas de solución.

5. Se han presentado varios desplazamientos masivos de familias Wayúu. Sin embargo generalmente los desplazamientos se han venido haciendo “gota a gota”, de manera que primero van llegando unas familias y con el paso de los meses van llegando otras emparentadas, hasta conformar núcleos de familias desplazadas que se concentran alrededor de un mismo lugar. La inmensa mayoría de estos desplazamientos, tanto masivos como individuales, no han sido reportados y la población involucrada no aparece en ningún registro. Ya sea por desconfianza, por temor, por ignorancia o por pragmatismo, el hecho es que son muchas las familias Wayúu que se desplazan quedándose por fuera de las estadísticas y de los registros.

6. Actualmente en la comunidad de Wepiapaa, localizada en Mingueo, municipio de Dibulla, se encuentran treinta y seis (36) familias Wayúu en situación de desplazamiento, que llegaron en tres oleadas sucesivas entre octubre y noviembre de 2006 procedentes de un asentamiento, hoy desaparecido, que se ubicaba en el Alto San Jorge en la Sierra Nevada de Santa Marta. De otro lado, en diferentes barrios marginales del distrito de Santa Marta --Timayuy, Cristo Rey, La Paz, La Parrilla…-- se han reportado cuarenta y cinco (45) familias Wayúu que, provenientes de diversos lugares de la Media y Alta Guajira, llegaron hasta allí en cuatro oleadas diferentes. Por su parte la comunidad Nóüna de Campamento, localizada en zona rural de Maicao, ha visto reducir el número de sus familias por cuanto varias de ellas, de manera sucesiva, emprendieron un éxodo, ya sea hacia Venezuela o hacia diversas ciudades del interior del país, huyéndole a la violencia. Estas familias Wayúu que se desplazaron de esta comunidad no se registraron en ninguna parte como desplazadas.

7. Los desplazamientos Wayúu de Wepiapaa y Santa Marta, como áreas receptoras, y de Nóüna de Campamento, como área expulsora, presentan similitudes y diferencias que es preciso tener en cuenta.

La principal similitud entre Wepiapaa y Santa Marta estriba en que hubo de pasar varios meses, seis para el primero y cuatro para el segundo, antes que las entidades gubernamentales procedieran a reconocer la magnitud de los desplazamientos y a brindar una atención conjunta.

Entre las similitudes está el que el actor armado implicado en el desplazamiento definitivo de estos tres casos fueron los grupos paramilitares. Algunos de estos desplazamientos incluso se han dado luego de la llamada “desmovilización” de estructuras paramilitares. En Wepiapaa los desplazamientos se debieron principalmente a la desaparición de un miembro de la comunidad, pero también al atentado sufrido meses antes contra el esposo de la maestra de la comunidad. Para el caso de Santa Marta los desplazamientos obedecieron a distintas amenazas proferidas por los grupos paramilitares contra familias Wayúu a las que les ordenaron desalojar el territorio. En algunos casos se presentaron asesinatos contra miembros Wayúu que ocasionaron los éxodos. En lo concerniente a Nóüna de Campamento los desplazamientos ocurrieron por la muerte sistemática contra varios miembros de las familias vinculadas a esta comunidad.

Otra similitud, entre Wepiapaa y Santa Marta, está relacionada con que el hecho que las familias fueron desplazándose de su último asentamiento en sucesivas oleadas y no de manera simultánea. Si bien se han acumulado varias familias en el lugar de destino, llegaron en diferentes momentos y, para el caso de Santa Marta, en apariencia pareciera que fueran casos aislados.

Una similitud adicional está en que las familias de Wepiapaa y Santa Marta llegaron hasta lugares donde tenían grupos familiares emparentados que les podrían ayudar o a lugares algún familiar ya conocía de antemano por cuanto había estado viviendo allí por razones de trabajo.

Una similitud entre los tres casos es que la mayoría de las familias involucradas en los desplazamientos de alguna manera ya habían soportado desplazamientos anteriores, ya sea a causa del conflicto armado o de conflictos internos, en todo caso sin nunca antes tener la condición de desplazadas.

Una diferencia entre Wepiapaa y Santa Marta es que en el primer caso todas las familias se desplazaron de una misma área geográfica donde habían configurado de tiempo atrás un asentamiento y en el segundo caso son familias provenientes de distintos lugares de la Media y Alta Guajira. Sin embargo, en ambos casos las diversas familias que allí se congregaron están emparentadas.

Una diferencia entre Wepiapaa y Santa Marta por un lado y Nóüna de Campamento por la otra, es que en el primero optaron por solicitar su inscripción como población desplazada, en tanto que las familias relacionadas con el segundo se fueron sin adquirir la condición de desplazados.

8. Las familias de Nóüna Campamento que se fueron de la comunidad, como ya se dijo, no se encuentran registradas en ninguna estadística o base de datos. Por su parte las familias de Wepiapaa y Santa Marta solicitaron su registro como población desplazada, el cual han venido obteniendo después de muchas dificultades. El itinerario resumido de estas dificultades es el siguiente.

En un primer momento las entidades gubernamentales expresaron su sorpresa por la presencia de Wayúu en esos territorios. La sorpresa fue mayor para las entidades gubernamentales que desconocían que en la Sierra Nevada de Santa Marta hubiera presencia de Wayúu.

En un segundo momento, recuperados de la sorpresa, la respuesta a las demandas de la población desplazada fue, haciendo caso omiso al principio de la buena fe de las familias, manifestar que no eran desplazadas sino que eran oportunistas interesadas en acceder a los beneficios de que el gobierno tiene para la población desplazada.

En un tercer momento y ante la intervención de organizaciones indígenas o del Ministerio Público, las entidades gubernamentales concernidas, a regañadientes, accedieron a iniciar el proceso de registro de la población en situación de desplazamiento. La poca voluntad política de las entidades gubernamentales se tradujo, sobre todo para el caso de Wepiapaa, en la generación de una atmósfera enrarecida en la relación entre instituciones públicas y autoridades indígenas que configuró una animadversión contra la comunidad.

En un cuarto momento, las entidades gubernamentales concernidas procedieron a adelantar los procedimientos para recibir las declaraciones de la población desplazada, lo que puso en evidencia, para el caso de Wepiapaa particularmente, varias inconsistencias, como la de recibir declaraciones de Wayúu con un pobre conocimiento del castellano y prácticamente monolingües de wayunaiki sin la intervención de un intérprete o traductor y sin  la presencia de las autoridades de la comunidad. Esto se reflejó en que las declaraciones consignadas no se apegaron a la realidad de lo que los declarantes expresaron.

En un quinto momento, correspondiente a las entregas de la ayuda humanitaria, se presentaron muchos problemas: la ayuda era insuficiente, los alimentos no se correspondían a la dieta alimenticia tradicional de los Wayúu, las entregas se hacían por familia sin atender al número de personas que las componían, las entregas fueron incompletas y a destiempo, se entregaron en demasía productos que no se necesitaban…

En Wepiapaa a lo largo del proceso se presentaron dos situaciones particulares. En primer lugar el gobierno departamental, en enero de 2006, se comprometió con la comunidad a entregar y adelantar una serie de acciones que reiteradamente incumplió, lo que generó un profundo malestar en la comunidad que se sintió engañada. En segundo lugar algunas entidades gubernamentales departamentales, ante las críticas por la no atención de la población desplazada, pretendieron hacer aparecer como propias, acciones realizadas por organizaciones internacionales de ayuda humanitaria.

9. Si las entidades gubernamentales, en todos sus niveles, no han podido o tal vez no han querido ver las dinámicas del desplazamiento interno y el refugio que afecta al pueblo Wayúu desde hace algo más de dos años, se debe principalmente a que tampoco han querido reconocer, en su entera dimensión, la existencia de estructuras paramilitares que ejercen dominio y control en importantes áreas de la Media y Alta Guajira. Como quiera que los fenómenos del desplazamiento interno y del refugio, para el caso de la Media y Alta Guajira pero también para el caso del Alto San Jorge en la Sierra Nevada de Santa Marta, aparecen asociados intrínsecamente a la presencia y accionar de grupos paramilitares, es lógico pensar que mientras no se desmantelen plenamente estas estructuras paramilitares, seguirán produciéndose desplazamientos internos y hacia Venezuela.

Si bien se promocionó ampliamente en los medios masivos de comunicación que las estructuras paramilitares que operaban en el Alto San Jorge en la Sierra Nevada de Santa Marta se “desmovilizaron”, la realidad muestra que ello no implicó el fin del paramilitarismo en la región, puesto que bien pronto estos grupos se transformaron y surgieron otros grupos que continúan haciendo presencia y controlando las actividades económicas más importantes del entorno.  Por su parte, en la Media y Alta Guajira como quiera que allí nunca se reconoció plenamente la presencia y accionar de estructuras paramilitares, consecuentemente no se realizaron las “desmovilizaciones” que se hicieron en otros lugares del Caribe colombiano. Sin embargo, lo cierto es que en la Media y Alta Guajira el paramilitarismo, que controla las más significativas actividades de los circuitos comerciales y económicos de la región, parece haberse consolidado luego de esas “desmovilizaciones”.

Lo claro es que el paramilitarismo sigue operando activamente en la Media y Alta Guajira, bajo la forma de ejércitos privados y red de sicarios y gatilleros. Varias de las familias Wayúu en situación de desplazamiento que llegaron a Santa Marta procedentes de la Media y Alta Guajira, señalaron que habían sido amenazadas por grupos paramilitares, en fechas posteriores a la “desmovilización” de estas estructuras.

Puede decirse, entonces, en relación con el pueblo Wayúu, que la búsqueda de alternativas para hacerle frente de manera estructural a los fenómenos del desplazamiento interno y del refugio pasa necesariamente por el reconocimiento que los grupos paramilitares siguen controlando extensas áreas de la Media y Alta Guajira y este reconocimiento es imprescindible para que el Gobierno Nacional y el Estado los pueda combatir con firmeza.

10. Al drama del desplazamiento forzado, los Wayúu han tenido que afrontar otro drama: el de la inacción del Gobierno Nacional, que pese a tener una orden taxativa de la Corte Constitucional no ha cumplido satisfactoriamente con los estándares de atención que la población Wayúu desplazada merece y reclama.

Es bastante frustrante el actual panorama de familias y comunidades Wayúu, otrora autónomas y productivas, mendigando una ayuda humanitaria gubernamental que es insuficiente e inadecuada, no tiene en cuenta las particularidades étnicas y culturales de la población concernida y genera relaciones de poder y de dependencia entre el ayudador y el ayudado. El desplazamiento forzado comporta perversas consecuencias que afectan negativamente la integridad étnica y cultural del pueblo Wayúu, pero tal vez la peor de todas es que tiende a arrebatarles a las familias y comunidades en situación de desplazamiento también su dignidad.

11. Finalmente y a manera de síntesis de la manera más respetuosa, se solicita al señor Walter Kälin, Relator Especial de Naciones Unidas para los Refugiados y Desplazados Internos, que en su Informe de Misión a Colombia llame la atención del Gobierno Nacional y del Estado colombiano sobre lo siguiente:

- Se reconozcan las especificidades y las características sui generis, que en referencia al pueblo Wayúu, presenta el fenómeno del desplazamiento interno y hacia Venezuela, para que no se siga ocultando la tragedia que soporta nuestro pueblo. Debe quedar enteramente claro que la invisibilización de la problemática del desplazamiento interno en el pueblo Wayúu se ha convertido en una amenaza para la integridad étnica y cultural de nuestro pueblo.

- Se defina, en consulta y concertación con los pueblos concernidos, una política pública especial y diferenciada para atender a la población desplazada que pertenece a los pueblos indígenas y a los grupos étnicos. Definitivamente no se puede seguir abordando, con los mismos marcos conceptuales y metodológicos que hasta ahora se ha venido utilizado, la problemática de la población desplazada perteneciente a los pueblos indígenas y a los grupos étnicos.

- Las entidades gubernamentales y estatales concernidas a la problemática del desplazamiento interno y de los refugiados, deben incorporar modificaciones en sus respetivas estructuras organizacionales, a fin de realizar las adecuaciones institucionales que se requieran a fin de brindar una atención adecuada y fundada en la interculturalidad, para atender a las demandas de la población desplazada y refugiada perteneciente a los pueblos indígenas y a los grupos étnicos.

- La población en situación de desplazamiento perteneciente a

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