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Foto: www.dinero.com 

El temor y la zozobra crece entre los habitantes del pueblo Wiwa. Fuertes evidencias indicarían la presencia de grupos armados ilegales en su territorio.

 

La Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT) denunció ante el Gobierno Nacional y de la opinión pública nacional e internacional la presunta presencia de grupos armados ilegales en su territorio, y hechos de violencia que vienen causando temor entre sus comunidades.

Según un comunicado difundido recientemente por esta organización, entre las 4:00 p.m. y las 6:00 p.m. del domingo 6 de diciembre de 2009, la comunidad Wiwa de Tezhumke, ubicada en la zona de ampliación del Resguardo Kogui, Malayo y Arhuaco en el entorno del corregimiento de Patillal (Valledupar), recibió la extraña y desconcertante visita de un hombre desconocido, quien llevaba a sus espaldas un morral y al parecer portaba algún tipo de arma; sin mediar palabra con ninguno de los Wiwa que se encontraban allí, el sujeto se dedicó a recorrer el lugar detalladamente, como buscando algo.

Luego el sujeto recorrió algunos cerros, cruces de caminos y lugares sagrados con actitud sospechosa, violando los derechos territoriales de la comounidad, pues ingresó sin pedir permiso a sus autoridades tradicionales.

Según algunos moradores, este extraño personaje para ellos, había sido visto meses atrás en la comunidad actuando como soldado campesino, adscrito a una unidad militar de la Décima Brigada Blindada del Ejército Nacional.

Antes, el 4 de diciembre, a eso de las 3:00 a.m. dos viviendas de la comunidad Wiwa de El Machín, ubicadas en el Resguardo Kogui, Malayo y Arhuaco de San Juan del Cesar, en el departamento de la Guajira, fueron incendiadas de manera intencional por hombres desconocidos.

Según la organización indígena, estos hechos podrían ser indicativos de una situación de potencial riesgo y amenaza, de una escalada de violencia con impactos negativos para la pervivencia del pueblo Wiwa, dado que desafortunadamente existen otros antecedentes que generan preocupación.

Agenda siniestra

- A finales del mes de julio de 2009,  en la vía que comunica a la comunidad Wiwa de Tezhumke con el corregimiento de Patillal (Valledupar), un joven Wiwa es interceptado por tres hombres desconocidos que vestían uniformes negros y portaban armas de largo alcance, al parecer vinculados a grupos armados configurados a partir de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes le advirtieron perentoriamente que debía informar a la comunidad sobre la restricción impuesta para que transitaran en horas de la noche, o de la madrugada, por cuanto no se harían responsables de lo que les pudiera suceder.

- Hacia los primeros días del mes de agosto de 2009, en la comunidad Wiwa de Tezhumke, una mujer Wiwa también fue abordada por tres hombres con las mismas características, quienes la intimidaron e indagaron por el paradero de Antolino Solís Malo (Ex Cabildo Gobernador del pueblo Wiwa), José Mario Bolívar Malo (Coordinador de la Comisión de Territorio de la Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona, OWYBT), Indalecio Bolívar Malo (Coordinador de la Comisión de Cultura de la OWYBT) y José Ángel Alonso (Profesor). Dado que ninguno de ellos se encontraba en la comunidad, los hombres anotaron en una agenda el nombre de la mujer y se marcharon, tras amenazarla para que no contara nada de lo ocurrido.

- El 13 de septiembre de 2009, alrededor de las 6:45 p.m., en actitud sospechosa, fueron vistos rondando por el lugar cuatro hombres armados, vestidos de civil, quienes se movilizaban en dos motocicletas de alto cilindraje. En ese momento, varios líderes y autoridades del pueblo Wiwa llegaban a la Casa Indígena, ubicada en la Avenida Hurtado de Valledupar, provenientes de una reunión celebrada en la comunidad de El Rongoy, situada en el Resguardo Kogui, Malayo y Arhuaco de Valledupar

- A finales de septiembre y principios de octubre, se conoció a través de los medios de comunicación locales y regionales que varios Inspectores Rurales de los corregimientos del norte de Valledupar (Patillal, Guacoche y Ríoseco), colindantes o cercanos al Resguardo Kogui, Malayo y Arhuaco, venían siendo objeto de múltiples amenazas de muerte, por presuntos grupos armados de las desmovilizadas AUC, para que renunciaran a sus cargos.

Dados los antecedentes, de violencia, persecusión y muerte que ha padecido el pueblos Wiwa, y que llevaron a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgara medidas cautelares de protección a todo el pueblo Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta el 4 de febrero de 2005, estas comunidades tienen razones de sobre para preocuparse y alertar a la comunidad nacional e internacional sobre los sospechosos hechos que vienen ocurriendo en su territorio.

"Sobre el particular cabe decir que desde hace varios meses y de manera unilateral el Gobierno Nacional suspendió el proceso de concertación con el pueblo Wiwa y los peticionarios que con la finalidad de aplicar las medidas cautelares se venía adelantando", dice el comunicado.

Más recientemente el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de la Defensoría del Pueblo emitió dos advertencias: el Informe de Riesgo de Alcance Intermedio No. 004 del 6 de marzo de 2009 para Valledupar y Pueblo Bello (I.R. No. 004-09 A.I.), y el Informe de Riesgo de Alcance Intermedio No. 017 del 9 de julio de 2009 para Riohacha y Dibulla (I.R. No. 017-09 A.I), en las cuales se identifican varios escenarios de riesgo que comprometen directamente la seguridad del pueblo Wiwa.

Hasta la fecha, el Gobierno Nacional no ha concertado con las autoridades del pueblo Wiwa la puesta en vigor de dichas recomendaciones, por lo cual el pueblo Wiwa se siente en situación de "completa desatención y desprotección".

Pronóstico dramático

A partir de los anteriores elementos, la Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT) analiza que "en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM) se ha venido escenificando un complejo, diverso y dinámico proceso de reingeniería de diferentes grupos armados ilegales surgidos luego de la desmovilización de las AUC --llamados unas veces Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), otras veces Águilas Negras y más recientemente conocidos como Los Rastrojos-- que se ha venido expandiendo hacia otros lugares de los departamentos del Cesar y La Guajira y que buscan reeditar, bajo nuevas formas y contenidos, el control social y el dominio territorial que anteriormente ejercían los paramilitares de las AUC", manejando estrategias de baja intensidad. Además, señala evidencias del incremento de la acción de la insurgencia, especialmente de las FARC-EP, en el Macizo Serrano.

Según ellos, esto explica las amenazas de muerte dirigidas en contra distintos sectores sociales, la difusión de panfletos de "limpieza social”, algunos homicidios selectivos y el despliegue de estrategias de reclutamiento forzado de niños y niñas, de adolescentes y la persistencia de algunos desplazamientos forzados gota a gota

Pero también explica los inexistentes avances en el ejercicio de los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y garantías de no repetición de los hechos de violencia, especialmente en el caso de los familiares de las víctimas Wiwa de ejecuciones extrajudiciales. Además, explica la existencia de una "intrincada red de testaferros que se hicieron a la propiedad de la tierra que los paramilitares de las AUC, a partir del ejercicio del terror, les arrebató a sus legítimos y originarios propietarios".

Según la organización indígena, la negación por parte del Gobierno Nacional de esta nueva fase del conflicto armado colombiano, caracterizada por su fragmentación, dispersión y desdibujamiento de las estructuras armadas ilegales, "así como su tozuda idea de un pretendido e inexistente postconflicto, definitivamente contribuye a incrementar desmesuradamente el riesgo en que se encuentra la población civil y, en este caso específico, el pueblo Wiwa". 

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