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Por Policarpo de la Garza

Desde el Cerro de la Silla

Hace unos días estuve viendo algunas opiniones respecto al transporte público en Bogotá, en especial referentes a Transmilenio o “Transmilleno” como lo conocí en 2005 mientras fui habitante de la hermosa capital colombiana. Honestamente cuando lo utilicé por primera vez me pareció una solución improvisada y simplona a costear una línea de metro. Sin embargo, conforme fui haciéndome asiduo usuario de sus servicios, encontré grandes ventajas en el mismo, aún a pesar de la saturación en las horas pico. Durante casi un año me pude transportar a todos los lugares de Bogotá, gracias al servicio de Transmilenio.

 

A mi vuelta a mi querido Monterrey, no pude dejar de pensar en lo útil que sería unir a las 2 líneas de metro existentes, una par de líneas de trasnmilenio, llamado localmente “Metrobus”, para poder abarcar con un sistema de transporte público eficiente, toda el área metropolitana que comprende más de 4.5 millones de habitantes, pasaron los años y las dos líneas del metro permanecieron inmóviles y sin acompañamiento, hasta que al inicio de la década actual, el gobierno del estado decidió ampliar la línea 2 de dicho sistema de transporte para llevarla hasta la Universidad Autónoma de Nuevo León (La universidad pública más grande de la ciudad) y además anexar un sistema de “Metrobus” que no es otra cosa más que extender el servicio del metro a los autobuses, en las troncales del mismo, tal como lo hace el “Transmi”. Hasta ahí todo va bien y podría parecer que se tomó el ejemplo de Bogotá y se implementó tal cual. Pero no fue así.

En las estaciones de metro en donde uno podía continuar en autobús, la ruta no era exclusiva, avanzando con el tráfico en los carriles convencionales, haciendo que el tiempo ganado en el metro, se hubiera perdido en los primeros 500metros de trayecto en autobús. La situación aunque caótica, siguió operando, los usuarios se acostumbraron a calcular sus recorridos con tramos de avance veloz en el metro y tramos de letargo total en el autobús.

A pesar de esta extensión improvisada del sistema de transporte, la red seguía siendo ineficiente, pues el centro de la ciudad está bien cubierto, sin embargo, otros puntos importantes, como las demás universidades, los centros recreativos, estadios, o el aeropuerto, están olvidados (Y no haré mención de los intereses económicos que podrían estar detrás de este bloqueo al transporte público en dichos puntos) y no parece haber iniciativas para incluirlos en la red de transporte público estatal. Y por lo tanto, no queda más que tomar taxi, busetas y/o microbuses para llegar a dichos sitios

En los últimos años, el crecimiento de la mancha urbana hizo necesario que se pensara en extender aún más el sistema de transporte, y ahora sí el gobierno tomó la previsión de planear los carriles exclusivos para nuestro “Metrobus” en las zonas en donde dicho servicio aún no opera, por lo que las dos nuevas ramas de este servicio, que se están construyendo, prometen ser mucho más eficientes que las actuales y seguramente por su misma eficiencia serán mucho más concurridas que las ya existentes. Esperamos que esto ayude a que se desarrollen aún más líneas de “Metrobus” y del mismo metro para tratar de solventar el problema de transporte de una ciudad con un parque vehicular que supera las 2 millones de unidades.

Lo que sí puedo asegurarle mi querido lector, es que aún en las horas pico en este sistema de transporte, jamás se encontrará tan apretujado  como seguramente le sucede en el “Transmi” bogotano. A cambio de la comodidad, tendrá que hacer un número indefinido de transbordos a diferentes medios de transporte para poder llegar a su destino final.

Saludos raza.

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