El pasado 21 de septiembre retornó a Honduras el presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales en busca de apoyo para restituir su mandato, que se vio truncado el 28 de junio cuando los militares hondureños acompañados por la elite de poder nacional, contando con el apoyo de sectores neoconservadores de los Estados Unidos y transnacionales petroleras, telefónicas y fruteras, procedieron a su defenestración.
El súbito retorno de Zelaya a Honduras puso a tambalear al régimen de facto, que durante horas negó la presencia del mandatario en el país, el cual puso en ridículo a la “inteligencia militar” (clásico oxímoron), al lograr burlar la férrea vigilancia que mantienen los militares en el país.
La reacción inmediata del régimen de facto fue decretar un toque de queda nacional a partir de las cuatro de la tarde, creando una súbita estampida en las urbes, que desató el pánico entre la población.
El Sr. Micheletti y sus allegados prolongaron durante cincuenta largas horas el sufrimiento de un pueblo que en su gran mayoría carece de los medios económicos para pertrecharse de alimentos y medicinas en medio de una grave crisis económica que mantiene a más del 71% de la población en la pobreza.
La desinformación en que mantiene el régimen al pueblo hondureño fue un ingrediente más en el caos que se vivió esta semana en nuestro país además del alarde de prepotencia y violencia que caracteriza a los elementos de seguridad y su interrelación con las masas, a las cuales tipifican como “sediciosas”, incrementado su agresividad y por ende las detenciones arbitrarias.
El presidente Zelaya se encuentra dentro de la sede diplomática de Brasil, país que de forma solidaria brindó su embajada al mandatario para desde ahí iniciar las negociaciones referentes al retorno al poder. El desalojo que efectuó el gobierno de facto de las personas que acompañaban a Zelaya fue acompañado de la utilización de nuevas armas electromagnéticas de control de masas, que según las descripciones de los manifestantes aseguran haber sentido intensos mareos y convulsiones.
La utilización de armas electromagnéticas no convencionales en Honduras (Vmads), es ciertamente una novedad en el país. Falta investigar la procedencia de los aparatos utilizados y si estos se apegan a las convenciones internacionales. Por supuesto que los asesores israelitas contratados por el régimen deben estar influyendo para la utilización de tecnología de punta, en el control de comunicaciones electrónicas y en la estrategia de crear guerras de baja intensidad y de desgaste, en lo cual el Mossad y asociados son expertos.
Hasta el momento se rumorea la existencia de varios decesos como consecuencia de la represión desatada posteriormente al retorno del presidente constitucional. Factores como el toque de queda y la subsecuente imposibilidad de movilización incrementan la falta de información fidedigna sobre las violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, si se tiene en cuenta la violencia que ejercitan las fuerzas de seguridad en Honduras y la impunidad histórica que prevalece, el número de víctimas será siempre un misterio.
El retorno de los militares al poder en Honduras es una amenaza para todo el continente y así lo demuestra la postura asumida por varios presidentes latinoamericanos en el seno de las Naciones Unidas, en donde el presidente Lula de Brasil asumió la defensa acérrima de Manuel Zelaya y su restitución.
Honduras se ha convertido en un laboratorio social para los neoconservadores estadounidenses, las oligarquías criollas y sus perros de ataque (las fuerzas armadas). La heroica posición asumida por el pueblo hondureño ha frenado el experimento de la Sra. Clinton, la que optó por un golpe de estado disfrazado de una supuesta sucesión constitucional para frenar el avance social de los pueblos latinoamericanos.
A pesar de la intensa represión, de la persecución sobre todo de la juventud, de la campaña mediática de terror, toques de queda de 50 horas, no pueden detener a este pueblo hondureño que está escribiendo una nueva página en la historia de América Latina. De nuevo la oligarquía se equivoca, cada paso que dan se revierte en su contra y el país prisión que pretende crear se convertirá en un manantial de libertad.
La Ceiba, Atlántida, Honduras, a 24 de septiembre del 2009.
OFRANEH
Organización Fraternal Negra Hondureña