OPIAC - Fotografía y textos
El Paro Nacional Agrario nos produce distintos sentimientos frente a la crítica situación que se vive en el sector rural, del cual nosotros como pueblos indígenas amazónicos también somos habitantes y en el que compartimos con las comunidades campesinas necesidades y expectativas desde nuestras cosmovisiones y particularidades étnicas y culturales.
Nosotros como pueblos indígenas amazónicos siempre hemos reivindicado la importancia de la tierra y el territorio como fundamento de la pervivencia, la necesidad de garantizar la soberanía alimentaria de nuestras comunidades, el apoyo que las iniciativas empresariales agropecuarias merecen y sobre todo la protección a nuestras semillas ancestrales que son fundamentales para nuestras comunidades indígenas y campesinas para disfrutar de una vida digna en armonía y equilibrio con la naturaleza.
Este paro, que en buena hora se ha dado, permitirá a la sociedad nacional entender que el campo debe ser el eje del desarrollo humano sostenible en un marco de igualdad y equilibrio. Hoy más que nunca existe la necesidad de reestructurar la política agropecuaria y de tierras que posibilite la construcción democrática de una verdadera política pública para el resurgir del campo colombiano.
En estos momentos, en que el Gobierno Nacional ha presentado al movimiento indígena colombiano una propuesta de ley de tierras y desarrollo rural que luego de un proceso de consulta previa será llevada al Congreso, en que la Mesa Nacional Agropecuaria ha presentado igualmente una propuesta de reforma agraria y que en los diálogos de La Habana también se acordaron puntos importantes sobre este tema, bienvenido este instante de reflexión.
En este sentido exigimos al Gobierno Nacional que se abstenga de seguir suscribiendo TLCs lesivos para los intereses del pueblo colombiano y sobre todo, peligrosos para la pervivencia y soberanía de nuestra nación y que en el marco del respeto y reconocimiento de la crítica realidad que vive el campo colombiano, dé soluciones definitivas y de fondo a las justas peticiones de nuestros hermanos campesinos e indígenas que están en las carreteras en la lucha por la garantía de sus derechos. Ojala que por fin el Gobierno Nacional entienda que el campo colombiano es la esencia y razón de ser de nuestra identidad como nación y del futuro del pueblo colombiano.
Somos solidarios, pero no solo de corazón, lo somos de cuerpo y alma y con nuestras voces, pensamientos y acciones, por una Colombia soberana y una Amazonía Ambiental y socialmente sostenible.
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